Para los alumnos de 3º ESO:
Mire los muros de la patria mía
Miré los muros de la patria
mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
por la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salime al campo: vi que el
sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurta su luz al día.
Entré en mi casa; vi que,
amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;
vencida de la edad sentí mi espada.
Y no hallé cosa en que
poner mis ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Quevedo
Comentario:
El tema: pesimismo y desengaño propios del Barroco.
El tópico literario de la fugacidad del tiempo:
- Tempus fugit hace referencia al
inexorable paso del tiempo en todo lo
que hay a su paso.
Se aprecia claramente
en la primera estrofa cuando nombra a los muros de su patria
que se han desmoronado.
- Memento mori o el paso del tiempo
unido a el recuerdo de la muerte hace
que el narrador tenga muy presente el
hecho de que la muerte también le llegará a él como
a todo lo que está notando,como se puede ver en los dos últimos versos. El autor
se rinde
al paso inexorable del tiempo y la irremediable llegada de la muerte,
añorando tiempos
anteriores, un pasado glorioso.
Estructura
interna: El poema se compondría de cuatro
partes coincidiendo con su marco formal.
En la primera estrofa el poeta observa desde su casa los muros de su
patria, ya viejos y
desmoronados, en otros tiempos fuertes.
En la segunda
estrofa el poeta sale al campo y describe un paisaje donde la luz del día
se mezcla
con las aguas heladas de un arroyo y las sombras de ganados.
En la tercera
estrofa entra de nuevo a casa y
describe la desolación interior producida por el paso
del tiempo.
En la última
estrofa hace alusión a la muerte.
En cuanto al análisis
formal se podría decir que el poeta
hace uso del léxico sencillo y poco artificioso, cargado de adjetivos
calificativos, que facilitan la imaginación del lector y su acercamiento al
paisaje y al estado de ánimo.
Dentro de este léxico abundan palabras del campo
semántico de la vida y fugacidad del tiempo (tiempo, edad, caduca, anciana,
recuerdo, muerte), tema central del soneto.
La métrica
corresponde a la de un soneto compuesto por 14 versos endecasílabos, agrupados
en dos cuartetos y dos tercetos, cuya rima sería ABBA ABBA CDE CDE.
Entre las
figuras retóricas cabe
destacar que el texto está plagado de metáforas: - "...muros de la patria
mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados", pudiéndose referir al
recuerdo melancólico de la gloria en decadencia de España; "...el sol
bebía los arroyos del hielo desatados", donde el sol representa los vestigios
de vida que aún quedan, y el arroyo el curso de la misma, helado porque carece
de ella ; "...quejosos los ganados....con sombras", donde los
"ganados quejosos" representan a la humanidad perdida entre
"sombras"; " mi báculo". Que representa al propio narrador,
ya anciano y débil, al igual que " mi espada", que también le
representa.
En cuanto al hipérbaton,
destaca el
de los versos 3, 4, 9 y 1.
Como otras figuras retóricas destacables resaltamos la elipsis verbal del
verso 2 (si un tiempo eran fuertes....), donde también encontramos una
antítesis (fuertes-desmoronados). Al igual que en el verso 8 (sombras-luz).
Cabe destacar también
el
encabalgamiento de los versos 5 y 6, y la personificación del verso 8 (“con
sombras hurtó.....").
El contenido de esta obra alude al pesimismo y la presencia de la muerte que
existía en esa época. El soneto describe la idea de que la muerte es muy
difícil de olvidar y por eso el autor intenta explicar, que mirara donde
mirara, podía sentir la presencia de la muerte.
La voz poética nos hace saber que el personaje que nos narra la historia
nos pone en situación donde pareciera que se ha muerto mucha gente cercana aa
él y por eso nace el pensamiento de la muerte.
También podemos apreciar que a cada cosa que el mira, parece como si la muerte
estuviese cada vez más cerca del personaje.
Otros
recursos:
Las tres primeras estrofas comienzan por un verbo en pretérito- miré, salíme,
entré-, marcando la acción.
La última estrofa también tiene un verbo en pretérito
-sentí- en el interior. La mayoría de los verbos en el soneto se refieren a
acciones en pasado que proyectan sus consecuencias en el presente y que tendrán
influencia en el futuro que se avecina.